NEGACIÓN
Nunca se olvida de su aniversario. Se jura que esta noche será diferente. Camino de casa va rumiando imágenes de otras veladas: el ¡pum! del descorche de una botella de espumoso, los besos y abrazos, el brillo de su mirada… «Siempre te querré», le había prometido, zalamera.
Aprieta fuerte el llavero en su puño y consigue así mitigar el dolor. Al llegar a una puerta abierta toma aire y seducido por el ambiente relajado atraviesa el umbral, tambaleándose. Avanza torpe, la cabeza le da vueltas, pero enseguida se deja acariciar por el bálsamo de unas risas. Se siente como en casa, aunque todavía no ha reunido el aplomo suficiente para subir a su apartamento.
El calendario le marea desde por la mañana; otra vez brindando con desconocidos.
