viernes, 6 de enero de 2012

Sonría, por favor


SONRÍA, POR FAVOR

Con el corazón en un puño volvió a posar su mirada en el rostro de aquella mujer que la observaba  fijamente. No la reconocía, no podía ser ella, el contraste entre sus ojos arrasados por las lágrimas y su sonrisa inexpresiva era muy turbador. Meses atrás había decidido conjurar el inexorable paso del tiempo, pero el estiramiento facial perpetrado había resultado obviamente excesivo y hoy, en este aciago día, el espejo le devolvía la imagen de una mujer condenada a lucir una sonrisa perenne… en el velatorio de su amado esposo.