miércoles, 9 de abril de 2014

El funeral del tabernero

EL FUNERAL DEL TABERNERO


¡La felicidad! No existe palabra más efímera, ¡aaay!Se le ve apenado al padre Eloy—. Recemos una oración por el hermano Blas y celebremos que ha sido llamado a la presencia de nuestro Dios.
Se oyen unos suspiros y carraspeos entre los feligreses cuando el cura se bebe de un trago el vino del cáliz.
—Alabado sea el Señor. Eleva una mano al cielo y les da la bendición, «…podéis ir en paz…». Cabizbajos y en silencio abandonan todos juntos la iglesia. Al llegar a la plazuela se quedan mirándose unos a otros, desorientados, sin saber dónde ir a ahogar sus penas.