viernes, 25 de julio de 2014

La crème de la crème

LA CRÈME DE LA CRÈME

Por fin viernes, qué ganas de que acabara la semana. Y de disfrutar de este momento de relax aquí tumbada en el sofá, sin hacer nada. No sé dónde estará Alberto, habrá salido a comprar algo especial para la cena, que hoy es nuestro quinto aniversario. Igual hasta me hace un regalito. Bueno, igual no, seguro. No conozco hombre más detallista. Que no todos los maridos se meten después del trabajo en la cocina para preparar una crema de pepinos, si hasta las rodajas ha dejado ya cortadas. Lo leí el otro día en una revista y le comenté, como de pasada, lo bueno que es el pepino para hidratar el cutis. A Alberto es comentarle cualquier cosa que te apetezca y no para hasta complacerte; vamos, un lujo de marido es lo que es. Algún ingrediente más hay por aquí, puede ser sandía, por eso ha quedado tan diluida. Seguro que ha mirado en internet y ha enriquecido la mezcla para obtener mayores beneficios.
Oigo abrirse la puerta, ahí llega mi chico.
¡Alberto, estoy aquí, en la sala! Ha entrado a la cocina, le estoy oyendo abrir armarios. Ah, ya viene.
Pero Silvia, ¿qué haces con la sopa untada en la cara?
¿Eeeh?
Nada, nada, nena, que… he pensado que… mejor cenamos en un restaurante.