EL MÓVIL
—¿Cuándo
piensa aparecer el fiscal? —El juez sacaba aburrido papeles del portafolios y
los volvía a meter. Miró de nuevo el reloj de la sala. —Llevamos una hora
de retraso y tengo otra vista en breve. «Encima estoy sin tablet y no puedo navegar», masculló disgustado.
—El señor
Romero —intervino Yagüez, el charlatán de Siniestros— me acaba de mandar un wassap, señoría. —Se acercó al estrado y
le mostró la pantalla. «¡Qué fenómeno este dispositivo, si no pesa nada! Y yo
con esta mierda patatera del siglo pasado», murmuró manoseando la pantalla.
—Parece ser —prosiguió Yagüez, intentando sin éxito arrebatarle el aparato— que
subió el viernes a la nieve, pero ha coincidido con la semana blanca del
calendario escolar y dice que hay atasco; o sea, que aún tardará en llegar.
El juez
garabateó en su agenda la marca y modelo del móvil y suspendió la sesión.