lunes, 1 de junio de 2015

Auras

AURAS

—…Y las azules, las del abuelo, revelan unos pulmones fríos. Porque aquel del puro chamuscándole los bigotes es tu abuelo, ¿no? dijo Theresse, apuntando con un dedo al porche mientras fumábamos unos canutos en el jardín—. Cáncer, sin duda.
respondí mosqueada. Los médicos le han dado dos meses de vida.
—El verde-grisáceo sobre tu cabeza —prosiguió refiriéndose a mí— indica un conflicto sin resolver. ¿Te pasa algo, reina?
—Tía Marta —interrumpió mi sobrino de catorce años, que se arrimaba a nosotros en cuanto le olía a hierba—: el rojo entre las piernas de Theresse y tu novio cuando se miran, ¿qué es?