viernes, 6 de mayo de 2016

Pistas

PISTAS

«Acuérdate de lanzar mis cenizas al mar, y las del gato», ponía en un postit  fijado a la nevera bajo el imán de las Islas Canarias. Otro mensaje decía «no he separado tus puñeteras botellas, tíralas donde te dé la gana» sujeto por una jarra de cerveza Guiness, o «compra solo media barra de pan, que  hoy no comeré», debajo de un molino holandés.
Era lo único que se había salvado del fuego, la cocina. Antes de que llegara el juez a ordenar el levantamiento del cuerpo calcinado de la mujer, el inspector se guardó todas las notas en el bolsillo y regresó al salón. En dos días nada ni nadie le impedirían irse de vacaciones a Peñíscola.