viernes, 6 de mayo de 2016

Propiedad intelectual

PROPIEDAD INTELECTUAL

Deja unos puntos suspensivos al final de la frase que tantos meses llevaba revoloteando en su cabeza. Consagrado en cuerpo y alma, consciente de la joya en bruto que manejaba, la ha recortado, pulido y revisado hasta la saciedad con auténtica devoción. La ha dejado también reposar, volviendo más tarde a ella con una nueva mirada. Pero quizá en el futuro nadie recuerde su nombre… o quizá sí; con los genios no siempre se ha hecho justicia. Esa duda le corroe cuando da por concluida la tarea.

«Érase una vez… Érase una vez…» vuelve a leer, desazonado, consumiéndose con el sonido de cada palabra.