domingo, 30 de abril de 2017

Abajo el Telón

ABAJO EL TELÓN

Para implorarle que vuelva a casa consigue evitar el tic del ojo y no levanta la voz, lo ha practicado montones de veces frente al espejo. No titubea para asegurarle que sí, que sigue yendo a la consulta de la doctora Fabiana mientras cruza los dedos detrás de la espalda. También ha ensayado, y mucho, lo de aceptar con una enorme sonrisa el capuchino de máquina que le trae Amanda, la secretaria pelirroja.

Hasta ahí bien. Pero nunca consigue que atraviese el umbral de la puerta, porque se pone a gritar y tirarse de los pelos cuando le ve entrar sin limpiarse los zapatos en el felpudo.