domingo, 6 de agosto de 2017

Personajes secundarios

PERSONAJES SECUNDARIOS

Una merluza de poca talla y una sardina conversaban, algo desganadas, dentro del estómago de un bonito en la bodega de un barco.
—Tampoco se está tan mal aquí —decía por decir la merluza, no muy convencida—. Yo de mayor podría haber acabado, por ejemplo, con un anzuelo atravesado en el labio, en el paladar o, lo que es peor, en un ojo. Quita, quita, qué mal.
—No es eso lo que me roba el sueño, chica. —La sardina daba vueltas y más vueltas para un lado, para otro, en derredor, muy preocupada—. Qué más da ser tuerta a estas alturas. Yo solo te digo que hace unas horas nadábamos tan felices en el mar y ahora el pesquero este nos lleva a la costa vasca. Y ya sabes cómo es esa gente, que en cuanto agarra un cuchillo, ajo, harina y sal, terminas asada en una plancha o convertida en albóndiga en salsa, croqueta o pintxo marinado en una barra.


Tras un breve silencio se miraron algo más relajadas, pues a ninguna de las dos le pareció tan mal.