ESCARCEOS
El
crujir de las hojas les recuerda lo solos que están. Él trata de calmarla,
acariciándole el cuello y acercando sus labios a su boca, pero Laura se le
sacude de encima, cabreada. Sigue pensando que tenían que haberse quedado en
el burger, tomando un refresco, en vez de venir a esta casa
abandonada en mitad de un bosque lleno de aullidos espeluznantes y pisadas.
Laura hinca las uñas al muchacho en el brazo y se tapa con la otra mano los
ojos cuando escucha acercarse el ruido de una motosierra y la sangre empieza a
salpicar la pantalla.